Ayer comimos unas empanadas fritas de queso, entonces compre un vino para acompañar o "rempujar" las empanadas. No soy de comprar vinos caros ni nada especial, solo vino que sea tragable.
Habitualmente compro "Valderrobles" o "Los Quiroga", que son de la misma bodega y no son unos vinoooos...es para la comida y para eso viene bien.
En el super no estaba el "quiroguita" así que mire otros vinos y la verdad es que algunos les ponen precios para una calidad que no poseen y que es mucho par ala fama que precede a la marca.
Entonces y por no ir hasta "los chinos" cometo la burrada de agarrar un Santa Ana, de los comunes, ni siquiera de los Santa Ana que se pretenden mejores, el común, tipo "de mesa"...¡la miércoles!, de entrada sentí que era una porquería de liquido, ¡que fulero, mama mía!. Por supuesto que me lo tome porque uno se acostumbra rápido y ademas, uno tiene historia; antes ese vino era común para uno, de hecho solíamos comprar el botellon de litro y cuarto de no se que marca que nos teñia la lengua de violeta dioxacina, azul ftalo o que se yo.
He tomado mucha porquería en alguna época acompañando el asado y previo a alguna cerveza, fernecito o un whiskardo, también todo junto y en ese orden pero la falta de costumbre o quizás, el abaratamiento de materias primas se hizo notar.
No me empedé mal pero me dio un sueño como hacia tiempo no me daba. Me quede dormido tempranito y no me acorde ni del traste.
Hoy me levante y no tenia dolor de cabeza ni nada pero abri la heladera, saque la botellita y tire a la basura el cuarto litro que quedaba.
La patrona ni lo probo, es decir, se mojo los labios y lo dejo, yo lo tome de puro corajudo. La doña tiene un termómetro, te detecta alcohol y taninos en exceso con mucha facilidad y un vino por barato o caro que sea, se sabe si es realmente malo cuando ella lo prueba porque enseguida la cabeza se le abomba.
Por esta razón es que no discrimino vinos "comunes", si no dan dolor de cabeza a la petisa, entonces es meritorio de mi respeto y del paladar pedorro que poseo. He comprado renombres y altos precios para descubrir que son una estafa.
Santa Ana es un mamarracho, no me vengan con que tiene presentaciones mejores.
No debí apartarme del Quiroguita o el Valderrobles, en su defecto el patero que me gusta que es el California.
Las empanadas, no obstante, me dieron la satisfacción que esperaba pero como siempre me resultan escazas.
Ahora ando detrás del queso justo. El queso barra (tybo o queso feta -no el griego- que le dicen) esta bueno porque no se hace agua pero no es como el cremoso que le deja un sabor especial; ahora la cosa esta en un cremoso que no se haga tan liquido y que guarde ese sabor que sé identificar solo si lo pruebo y no logro poner en palabras. Es como un sabor que deriva de la fritura y que algún queso que he utilizado guarda perfectamente cuando te manyas la empanada, ¡que debe ser frita y no al horno!.
Ah, la empanada sin azucar, por favor, sin azúcar.
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